martes, 28 de marzo de 2017

Faltaban minutos para tu cumpleaños y yo me estaba quedando dormida.
Pero...
¿De verdad me estaba quedando dormida? ¿o queria quedarme dormida para no afrontar la situacion? la situacion de tener que decirte un feliz cumpleaños de una manera relativamente distante, un feliz cumpleaños vacio, falto de palabras, de sentimientos, de amor. Un feliz cumpleaños de mentira, oculto, ocultando todo tipo de emociones. Te llame, 2 minutos 47 segundos callando, hablando, pero callando. Te menti, te dije que iba a seguir durmiendo, o capas no te menti, porque lo intente, pero los sentimientos me desbordaron, y aca estoy, enfrente a una computadora vomitando. Vomitando palabras, vomitando mis emociones, mis sentimientos. Vomitando todo el amor que siento por vos, ese que te estoy ocultado, y ese que provablemente nunca pueda contarte.
Asique aprovecho esta noche de insomio, esta noche transparente, para gritar en silencio todo lo que provablemente nunca pueda gritar con sonido. Para gritar que te quiero conmigo, aca, hoy, ayer y antes de ayer, mañana y pasado mañana. Que te quiero conmigo para toda mi vida. Porque me haces feliz, porque me haces ser mejor persona, porque me haces ser yo. Porque con vos soy, no todo lo que puedo, porque con vos soy, todo lo que quiero. Porque me enamoraste, porque viniste a dar vuelta mi mundo, pero no te queres quedar a vivirlo conmigo de cabeza.
Y mientras tanto yo aca estoy, tratando de calmar unas pequeñas gotas traviesas de agua salada que se despertaron y no paran de juegar carreritas en mis cachetes, hasta que las hago chocar con la meta final, chocar contra mis dedos, brutos (no tanto como los tuyos), largos y con las uñas comidas. Pero ahora no solo corren, sino que gritan, y entre esos gritos puedo escuchar que entre lineas me piden, te piden, que sean tus dedos los que las frenen.
Y mientras tanto yo aca estoy, consolando mis lagrimas. Poruqe fuiste vos, el que vino a dar vuelta mi mundo, y me dejo sola viviendo de cabeza.

domingo, 5 de marzo de 2017

"Enamórate de un viajero que te saque de la rutina y te lleve a vivir una aventura. Uno de esos que ven la vida de otra manera. Un soñador que no se conforme con lo bueno, que busque lo extraordinario.
De esas personas que te dan la mano para salir de la zona de confort, que te inspiran ese valor para saltar al vacío.
Un viajero con mil historias para contar…pero que escuche fascinado cuando hablan los demás. Uno de esos locos que pueden comunicarse con cualquiera, no importa el idioma, no importan las costumbres, siempre encuentra la forma de hacerse entender. Tiene amigos en todo el mundo, porque sabe que más que tierras, lo importante es recorrer personas. Es capaz de encontrar la felicidad, tanto en una isla desierta, como en una cena multitudinaria con gente de todo el mundo.
Enamórate de un comprador compulsivo de experiencias, no de cosas. Que entendió que una vez que viviste algo, no hay forma de perderlo, ni de que te lo saquen. Que sabe que el único crecimiento en las personas se da a través de lo vivido, y que hay gente que puede vivir mil años sin haber crecido un centímetro…pero hay otros que en pocos años ya parecen gigantes.
Una persona que sea capaz de mantener la calma en las situaciones más difíciles. Que cuando el plan A no funciona sienta la excitación y la expectativa de probar el plan B. Porque sabe que al reverso de la palabra crisis está escrito “oportunidad”.
Enamórate de alguien que ande descalzo. Que le guste sentir el pasto entre los dedos de los pies. Que piense que al mundo hay que usarlo sin prohibiciones pero cuidarlo como si fuera sagrado. Que tenga claro que no estamos solos y que la convivencia es lo que nos hace únicos.
Alguien que se escape de los lujos y de los “all inclusive”, porque no necesita que le sirvan para disfrutar, disfruta sirviéndose a si mismo. Alguien que duerma plácidamente tanto en la cama de un gran hotel, como en una hamaca en la playa. Porque los que utilizan su energía para vivir intensamente, duermen sin problemas soñando con lo que vendrá mañana.
Enamórate de un viajero al que le duelan las injusticias, que crea que paso a paso, se puede cambiar el mundo. Uno de esos que ponen su granito de arena sin esperar que los demás lo hagan, porque sabe que con su ejemplo se puede formar un arenal.
No hace falta que salgas corriendo a buscarlo a un aeropuerto o espíes en las librerías quien compra las guías de viaje. Basta con que te acerques al espejo, y veas los ojos de esa persona que te mira. En esos ojos, seguro podras ver los viajes que hizo y, sobre todo, los que quiere hacer. Será cuestión de que lo acompañes, no vas a encontrar a
nadie mejor para tu aventura."

Eso me dijeron.
Eso lei.
Eso hice.
Me enamore de Emiliano.