De reír, de volar tantas veces me olvido del sol cayendo en el mar, de gritar de llorar tantas veces me olvido. Y vivo pensando en, ¿que vendrá? Es mejor no pensar en el paso del tiempo, una sola duda me puede matar. No pido un consejo, ni quiero el remedio, porque ya no tengo nada que jugar.
sábado, 7 de agosto de 2010
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