lunes, 16 de agosto de 2010

Lo que ocurre aquí no es muerte. Es la necesidad imperante de saber de alguien a quien has elegido entre miles de personas. Alguien que te motiva, en quien piensas cada mañana al despertar, a quien deseas contar tu rutina por la noche, decirle que le echaste de menos, que todo fue  más absurdo y banal sin él. ¿Y para qué?
Para esperar momentos que nunca regresan, para ni si quiera saber nada de ti en todo el día y que eso no te afecte lo más mínimo. Tengo mucho que pensar y muy pocas cosas que decir.
Y claro que me duele, me duele por que no estás en la obligación de hacerlo.
Y no lo haces por supuesto, la espontaneidad no es tu fuerte, y mucho menos demostrar que te acordaste de mi. Quizá si necesite que me recuerden que existo,y que soy alguien diferente. No vivo para esperar,vivo para vivir.¿paradógico no? Pues no se por que yo cuando me acuerdo de todo me siento tan muerta, tan lángida. Espero lágrimas que nunca afloran, palabras que nunca llegan. Me cansé de esperar. Haz lo que quieras.

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