jueves, 22 de julio de 2010

Es extraño, complicado, definir mis pensamientos cuando estás frente a mí. Es difícil reaccionar, a veces quisiera enfriar el tiempo, y que sin darte cuenta pudiera besarte con locura y sentirte de la manera como antes te  sentía, y que al volver el tiempo, ni tú ni los demás se hubieran percatado de la apasionada escena, que solo es real en mi cabeza.
Es difícil saber en realidad por qué me surgen estas ideas. Es extraño. Después de tanto daño que me infringiste. Después de tantas noches sin poder dormir pensando en por qué me dejaste tan fríamente, después de tanto sufrir por ti, por tu ausencia, por tu manera manipuladora de tratarme; es difícil entender por qué a pesar de tanto tiempo, al verte, aun se detiene mi corazón.
Y es esa manera tuya, muy tuya, de mirarme sin querer hacerlo, de estar junto a mí y estar como invisible, de hablarme solo para recordarme que aun le das vuelta a mi corazón. Porque sabes que al momento  de querer tenerme me tienes corriendo hacia ti,  después de todo, por ahí dicen que el pasado, pasado es, aunque tú sabes muy bien que para mí siempre serás el presente de todo mi presente.
Veo tus fotos en las redes sociales, y solo puedo ver la sonrisa que me regalas, pensando que la felicidad es relativa, que las sonrisas a veces son por no llorar, y pensando que algún día tendré el valor para dejar de quererte como te quiero.
Espero que algún día, la vida no se dé la vuelta en contra tuya y te toque sufrir como yo sufrí por ti, y espero que nunca recurras a mí para de nuevo satisfacer tus deseos, porque no me gustaría herirte con mi desprecio. Que la vida te sonría bonito, y déjame las ilusiones en mi cabeza.  

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